Amados, debido a lo difícil del tiempo en que vivimos es necesario recordar siempre, que es nuestro deber vivir vidas de santidad, en forma agradable a nuestro Dios y para honrar el testimonio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Este reglamento está basado en las escrituras y enseñanzas bíblicas de la fe y doctrina cristiana. Es fácil de llevar para aquellos que quieren hacer la voluntad de Dios.
No esta hecho, ni debe usarse para sustituir la enseñanza directa de la Palabra, pues es la “Palabra” nuestra única regla de fe y conducta. Por eso, humildemente, pido el análisis del mismo, y cualquier artículo o sección que no esté regida por la Palabra, favor de informarlo. Si después de orar y escudriñarse a la luz de la Biblia prueban estar erróneos, serán corregidos.
Es un deber de cada miembro de la Iglesia llevar una vida ejemplar de oración, estudio de la Biblia y servicio a Dios, para que el nombre de Jesucristo sea glorificado. Hemos de tener en cuenta que somos un pueblo santo, escogido y que esto conlleva una vida consagrada a Dios (Deuteronomio 7:6; 1 Pedro 2:9).
La Biblia dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Todo es posible para el que cree. Esto es necesario para poder cumplir con la “Gran Comisión” de Mateo 28:18-20.
Por esta causa debemos prestar mucha más atención al mensaje que hemos oído, para que no nos apartemos del camino. Los mandamientos que Dios nos dio en otros tiempos por medio de los ángeles tenían fuerza de ley, y quienes pecaron y los desobedecieron fueron castigados justamente. ¿Cómo pues, escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Hebreos 2:1-3.
I. I. DOCTRINA FUNDAMENTAL DE NUESTRA FE
Tendremos como infalible la Palabra de Dios, que es la Biblia,
(1 Pedro 1:23-25; Salmo 119:105; 2 Timoteo 3:16-17; Hechos 20:32).
Juan 7:17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
CREEMOS EN:
1. Un solo Dios verdadero, creador de todas las cosas (Génesis 1:1, 14:22; Isaías 42:5; Génesis 2:7, 22; Colosenses 1:16).
2. Jesucristo el Hijo del Dios vivo y verdadero que vino a este mundo, nacido de una virgen por obra del Espíritu Santo, para salvar del pecado y del Infierno a todo el que en el creyere. (Mateo 1:18-25, 16:15-17, Juan 3:16-18).
3. La trinidad, esto es, que en Dios hay tres personas distintas y divinas que son: El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo (Mateo 28:19, 3:16-17; Juan 14:16; Romanos 8:9; Efesios 4:4-6; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 5:7; Judas 20-21; Génesis 11:7; Salmo 2:7; Isaías 7:14, 9:6-7, 48:12-16; Génesis 1:26).
4. El bautismo en las aguas celebrado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19; Hechos 2:41, 8:12; Marcos 16:16).
5. Que Jesucristo es el Señor, que murió y resucito al tercer día con cuerpo glorificado, que subió a los cielos y esta sentado a la derecha de Dios Padre (Hechos 10:39-41, 7:55; 1 Corintios 15:20).
6. El perdón de pecados por medio del derramamiento de la sangre preciosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el calvario (Hebreos 9:14, 10:10; 1 Pedro 1:18-19; 1 Juan 1:7; Hechos 10:43)
7. El rapto de la iglesia antes de la gran tribulación (1 Tesalonicenses 4:14-17; Apocalipsis 3:10; Lucas 21:34-36, 17:26-36; Juan 14:2-3).
8. La segunda venida del Señor Jesucristo para juzgar las naciones, y en el juicio final después del milenio. (Apocalipsis 1:7, 20:11-15; Hechos 1:9-11, 17:30-31; Tito 2:13; Mateo 25 31-46).
9. Que Jesucristo es el único mediador como abogado y sacerdote entre Dios el Padre y el hombre (1 Timoteo 2:5; Hebreos 4:14-16, 7:22-25; 1 Juan 2:1).
10.La resurrección de los muertos (Juan 5:28-29; 1 Tesalonicenses 4:16; Apocalipsis 20:4-6; 2 Corintios 4:14).
11. Reino de los Cielos es un lugar de eterna recompensa y el infierno un lugar de castigo eterno (Mateo 13:41-42, 25:31-46).
12.El bautismo del Espíritu Santo y los dones espirituales tales como: Sabiduría, ciencia, discernimiento de espíritu, fe, sanidad divina, milagros, lenguas, interpretación de lenguas y profecía (Hechos 1:4-5, 8; 1 Corintios 12:4-11).
13.La salvación de las almas por fe en Jesucristo, nuestro Señor. Solo El es el camino, la verdad y la vida. (Juan 14:6, 6:47; Juan 11:25-56).
14.La Biblia es la Palabra de Dios y es infalible (Hebreos 4:12, 1 Pedro 1:23-25; 2 Timoteo 3:15-17, Proverbios 30:5).
15.La iglesia debe cumplir con la Gran Comisión de “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. “Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado...” (Marcos 16:15, Mateo 28:19-20).
16.Que la iglesia como pueblo santo y separado para Dios, debe apartarse del mundo y vivir en santidad (1 Pedro 1:14-16, 2:9-10; Tito 2:13-14).
17.Las dos ordenanzas del Señor Jesucristo son el bautismo en agua y la Santa Cena. (Mateo 26.17-29; 1 Corintios 11:23-26).
18.Sin el nuevo nacimiento, el creyente no es miembro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia (Juan 3:3, Hechos 2:38-41).
II. REGLAS CONCERNIENTES A LA FAMILIA
El matrimonio fue instituido por Dios (Génesis 2:18-24) y fue confirmado por Cristo (Mateo 19:5-6; Juan 2:1-2). Es del todo honroso y constituye una bendición cuando es establecido dentro de la voluntad de Dios (Hebreos 13:4; Proverbios 18:22). Por lo tanto es responsabilidad de cada miembro de nuestra iglesia mantener una conducta intachable dentro y fuera de la iglesia e inclusive en la intimidad de su hogar. Se espera de cada hermano(a) lo siguiente:
1. No crear contiendas en el hogar que sean objeto de escándalos a los hermanos o vecinos, ya que tenemos una grande nube de testigos que nos rodea y debemos ser luz en medio de las tinieblas (Mateo 5:13-16; Hebreos 12:1).
2. Obedecer a los padres en todo, siempre que las exigencias de mismos no estén en contra de la Palabra de Dios (Efesios 6:1-3; Éxodos 20:12).
3. La mujer respetará su marido y le obedecerá en todo, siempre y cuando sus exigencias no estén en contra de la Palabra de Dios. Tendrá a su marido como la cabeza del hogar, no tratando de imponérsele. No le impedirá a su esposo ejercer cualquier ministerio en la iglesia (Efesios 5:21-24, 33; 1 Pedro 3:1-2).
4. El hombre tratará con amor a su esposa y también a sus hijos. No los tratará con crueldad. Será responsable del culto familiar y la enseñanza de la Palabra de Dios a los miembros del hogar. No le impedirá a su esposa ejercer cualquier ministerio en la iglesia, siempre y cuando cumpla con sus deberes conyugales y los de su hogar primeramente (Efesios 5:25-31, 6:4; 1 Pedro 3:7, Deuteronomio 6:5-9).
5. No se permitirá a ningún hermano de la Iglesia divorciarse por otra causa que no sea fornicación. La Biblia enseña que la única causa por la cual puede haber divorcio es por fornicación. Aun en estos casos, el divorcio no es automático. La Biblia enseña que el ofendido debe perdonar a su conyugue, si este se arrepintiere. Esto quiere decir, que debe aceptar la reconciliación, ya que el matrimonio es una unión permanente entre el hombre y la mujer. (Mateo 5:31-32, 19:3-9; Marcos 11:25-26).
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Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
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